miércoles, 6 de octubre de 2010

DIOS SALVE AL REY (ESCENA PARTIDA)

LA EXTRAÑA PAREJA

(Toda la escena tendrá una ambientación como de dibujo animado publicitario de los años 70 españoles).


EL DICTADOR. Debe quedarte una cosa bien clara, Bonachón I, el REINO recaerá en mi persona mientras esté vivo.

BONACHÓN I. De acuerdo señor, no olvido la mano que me da de comer, ni la gracia divina que nos protege.

DICTADOR. Nosotros somos los elegidos. Dentro de unos años-espero que muchos-tú serás quien mande. No olvides en ese momento que la CONSTITUCIÓN te haga intocable. A los elegidos no se les debe menospreciar. El pueblo es ignorante y le gusta la inercia, así que te será fácil manejarlos. No saben que la DEMOCRACIA es otra forma de DICTADURA.

BONACHÓN I. Gracias por su confianza, habrá que rodearse de la gente adecuada.

DICTADOR. Ahí está la sabiduría, no es más inteligente quien más ha leído, sino con quien mejor se relaciona. Si tienes buenos vasallos a tu alrededor, grandes abogados, jueces, políticos y empresarios, y el país estará a tus pies.

BONACHÓN I. Y el pueblo, crees que el pueblo me querrá?

DICTADOR. El PUEBLO quiere lo que le echen. Si hay dictadura, pues dictadura, si hay república, pues república...

BONACHÓN I. La república, ay, lagarto, lagarto. No me la nombre mi señor que se ponen los pelos de punta.

DICTADOR. Tú eres un hombre valiente y avispado...

BONACHÓN I. Pero es posible que quieran de nuevo la maldita REPÚBLICA.

DICTADOR. No me cortes cuando te hablo.

BONACHÓN I. Sí, mi señor.

DICTADOR. Si utilizas bien tus cualidades personales: tu simpatía, tu don de gentes, el pueblo te verá cercano, y con ello te empezarán a respetar y a querer.

BONACHÓN I. Deseo mucho que mi pueblo me quiera, el problema puede venir de los comunistas, esos malditos pordioseros, pondrán trabas, estoy seguro.

DICTADOR. Acércate a ellos, no te pongas enfrente; pero siempre haz que algún político lleve a cabo el trabajo sucio. Además, a esos vagos con la ley en una mano y una bolsa de dinero en la otra se les compra o se les enreja.

BONACHÓN I. Y a los intelectuales...

DICTADOR. A esos, con cuatro perras se les calla rápido. Pobrecillos.

BONACHÓN I. Estoy más tranquilo.

DICTADOR. Con quien debes tener cuidado es con los periodistas; ahora podemos tenerlos atados, pero cuando llegue tu hora será más complicado. La libertad de expresión te hará vulnerable. Así que no me andaré con rodeos: no puedes tener tantas amantes y debes de ser más discreto. Vas a ser REY, y el pueblo quiere apariencia. NO BASTA QUE LA MUJER DEL CÉSAR SEA HONESTA...también tiene que parecerlo,

BONACHÓN I. Se la daré con todo mi amor y lleno de orgullo, mi señor. Pero no tengo tantas amantes, sólo está...

DICTADOR. ...Tu obligación es mantenerte en la fidelidad. Te debes a dios, a tu mujer y a tu patria. Si no te moderas en este sentido tendré que tomar medidas más tajantes. (Pausa) Es una mujer muy popular y además está casada. Sois como animales...

BONACHÓN I. Contralaré mis instintos; pero a veces en el matrimonio es muy aburrido.

DICTADOR. En el matrimonio hay que aguantar muchas cosas; pero es una institución bendecida por dios, así que tienes que protegerla y respetarla. (Pausa). Imagínate que esta mujer empieza a hablar sobre vuestra relación y llega a la opinión pública.

BONACHÓN I. Pero si los periodistas están a sus órdenes.

DICTADOR. Tú no puedes ser rey y dictador, el pueblo ha cambiado, el mundo ha cambiado; cualquier tiempo pasado fue mejor. Con la llegada de la DEMOCRACIA…(Entra un criado).

CRIADO: Mi señor (se vuelven los dos), está aquí Rodolfo.

DICTADOR: Hazle pasar. Ya nos veremos, y ya sabes…de amantes nada.

BONACHÓN I. Sí, mi señor. (le besa la mano acaloradamente, el dictador nota un regustillo en la entrepierna. Bonachón I se marcha).


(Entra Rodolfo con el criado. Dictador espera a que se vaya el criado, éste se queda detrás de la puerta con Bonachón I; escuchan).

DICTADOR. Ya estamos solos (se abrazan).

RODOLFO. Cómo me gustas vestido de uniforme.

DICTADOR. A mí verte de bailarín (comienzan a besarse efusivamente, se desnudan, comienzan a fornicar: Rodolfo encima del dictador. Bonachón I se queda sorprendido por los gemidos hasta que le da unas monedas al criado; se marchan. La pareja sigue con su acto amoroso. Se hace oscuro).

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